Anoche, mientras los niños intentaban quedarse dormidos tras la emoción de haber visto a los Reyes Magos en la cabalgata, seguro que tú viviste de nuevo la magia de este día, ultimando los detalles para que su llegada fuera perfecta: revisando que los camellos tengan suficiente agua para su viaje, que los zapatos estén bien colocados junto a la ventana...
Y esta mañana, la magia se ha hecho realidad: miradas repletas de emoción, el sonido de papel de regalo rasgándose a toda velocidad, sonrisas, saltos de alegría, y ese “¡Han venido!” de los más pequeños, que te traslada a tu infancia, y que te recuerda lo importante que es vivir el presente y compartirlo con los que más quieres.
Que este día esté lleno de abrazos y momentos mágicos que queden siempre en vuestro corazón.