Los seres humanos han consumido setas de psilocibina durante milenios con fines espirituales y rituales. A lo largo de la historia, estos hongos psicoactivos han inspirado obras de arte y música, y otros logros creativos y tecnológicos que han influido en la cultura.
Además, mucha gente también los utiliza para intentar procesar sus problemas personales y llevar una vida más auténtica y libre de prejuicios.